Su nombre deriva del Convento de Padres Recoletos originarios de Francia, que se establecieron en la zona a comienzos del siglo XVIII, cuando fundaron el Convento y la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar junto al Cementerio. Este barrio comienza a formarse a fines del siglo XVIII cuando las extensas chacras y quintas de la zona que lo formaron comenzaron a dividirse y ser edificadas. Por la epidemia de fiebre amarilla, las familias acaudaladas y la aristocracia porteña se mudaron aquí desde el Sur de la ciudad. A partir de ese momento se construyeron mansiones y grandes edificios de estilo francés, dándole el mote de "le petit París”.
Dentro de sus límites se destacan la Plaza Francia -centro cultural y turístico de la Ciudad-, el Cementerio y la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, el Museo de Bellas Artes, el Centro Municipal de Exposiciones, el Palais de Glace, el Centro Cultural Recoleta, la Biblioteca Nacional y diversos colegios y Universidades.
El barrio de Recoleta se ha convertido en uno de los barrios más elegantes y exclusivos de la ciudad, donde la gran mayoría de sus edificios son antiguos, con encargados con muchos años de antigüedad y expensas elevadas. Hay algunas torres antiguas con espacios compartidos que, si bien son más reducidos, demandan tareas de administración. En algunas torres antiguas existe la figura del garajista, encargado de estacionar y mover los autos en los espacios guardacoches. Estos se diferencian de los estacionamientos porque son móviles, incluso con tiempos de permanencia limitados. Su uso también lo regula el administrador en consenso con el consejo de cada edificio.
La clave en la administración de consorcios en Recoleta se encuentra en el control de gastos, generando una clara administración para el mantenimiento del edificio. Es imprescindible para un Administrador de consorcios en Recoleta contar con canales de comunicación ágiles y disponer de una estructura que pueda atender la demanda de estos consorcistas.
Nuestro canal de noticias es un resumen de las novedades más importantes relacionadas con los temas de interés para nuestros clientes.
En la Ciudad de Buenos Aires hay más de 500 torres. Vivir en ellas tiene muchos beneficios, ya que ofrecen servicios que brindan un mejor estilo de vida. Los espacios comunes contribuyen a la sociabilización pero también pueden generar importantes conflictos con respecto a su uso. En estos casos resulta imprescindible la figura del administrador del consorcio para mediar y hacer reconocer por parte de los copropietarios las reglas existentes.
Los robos a departamentos crecen cada vez más. Aunque en general, se realizan cuando las unidades están vacías, también se producen cuando sus habitantes están en ellos. Sentirse seguro y confiado en la propia casa es esencial para tener una buena calidad de vida. Para ello es importante que el Consorcio tenga una mirada global sobre las normas a seguir para minimizarlos.
Vivir con mascotas en un departamento es una responsabilidad. La ley obliga a los vecinos a soportar los ruidos sólo hasta el límite normal de tolerancia. La Ley 13512, de Propiedad Horizontal, aclara la prohibición por parte de cualquier ocupante de “perturbar a los vecinos con ruidos molestos o alterar su tranquilidad en forma concreta”. Y es, específicamente, el Reglamento de Copropiedad el que regula las relaciones entre los vecinos del consorcio.